LA TRASCENDENCIA DEL EDUCADOR (1)

Una y otra vez escuchamos como todos tenemos muy claro que hay que hacer con el sistema educativo mundial, hay demasiada violencia, demasiada frustración, demasiados malos resultados, ?A donde vamos? ¿Quién o quienes son los responsables?, ¿Qué podemos hacer?.

Generalmente se traslada el problema al alumno, ya sea por medio de contarnos que hay que cambiar los métodos, las técnicas, los formularios o la propia información; en otras ocasiones se habla de que es el formador el que debe de conocer, aprender nuevas técnicas, nuevos logros en el mundo de la información.

Ocurre que en todos los casos seguimos sin resolver el problema, antes bien, cada día va peor. Niños y adolescentes con múltiples problemas de personalidad, de adicción, de falta de sentido de sus vidas, esto es una realidad.

¿Cómo podemos enfrentar el problema o problemas de la educación?,

¿Hay un camino diferente que podamos plantear?.

Ante esta serie de planteamientos y preguntas desde la Fundación “Semillas de Paz para el mundo” estamos planteando una visión, que “a priori”, parece, al menos novedosa y esto no viene porque trabajemos desde el campo del Arte, de la pura creación, sino porque diferimos totalmente en un esquema, en una idea.

¿Formar al formador?, SI, lo que cambiamos es “QUÉ” es lo que le vamos a aportar al formador. En “QUÉ” le vamos a enriquecer.

Desde nuestra óptica no es la información, mas o menos abundante, novedosa. No es la manera de trasmitirla, si bien pensamos que es una faceta importantísima.

Para nosotros lo que cambia; lo que conseguimos cambiar en el formador es al propio formador,

¿Que queremos decir?:

Es la forma de sentir y de sentirse lo que cambiamos. Si nuestro formador vive en el miedo, en la incapacidad de decidir. Si no siente dentro de él su propio poder personal, ¿cómo le podemos exigir que ayude a crear seres con una gran capacidad de decisión, capaces de percibir y usar su propio poder personal?

 

Continua en el próximo articulo.                                                            ©Teo. San José. 2.013. QRO. México.

 

 

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