Hace unos días tuve la ocasión de ser oyente en uno de los grandes congresos de Consciencia que se generan en el Mundo, este fue en Puebla. México. había grandes nombres, grandes científicos y personalidades. Tres, cuatro días intensos, y en general muy aburridos. Oímos teorías y mas teorías, una y otra vez se nos llenaba la cabeza y los oídos de palabras, ideas y la sensación que a mi me llegaba, era de decir «hasta cuando», hasta cuando nuestro mundo se va a abastecer de teorías, de ideas y no de hechos, de acciones. Se han fijado ustedes en la cantidad de conceptos y teorías que nos rodean, hasta el arte se nos ha hecho «Conceptual», vale mas la explicación que la propia obra, de nuevo esclavos de la crítica, todos los humanos estamos esclavizados de una cierta crítica, de una teoría que hay que cumplir y que nadie sabe como, como mucho le es útil al que la ha creado. Estoy hablando de cosas tan serias como las religiones, las filosofías, las teorías económicas o sociales o filosóficas.
Se dan ustedes cuenta de la gran distancia que hay entre el ciudadano de a pie y estas, largas palabras o conceptos, ideas o teorías. Nosotros creemos que la consciencia o conciencia del ser humano está en el hacer, en esa acción que se nos insiste en quitar una y otra vez. Usted medite, piense, crea, pero no haga algo;
» puede hacerse daño».
¿Cuantas personas llaman a su puerta, televisor u ordenador (computadora) para venderles la felicidad leyendo un libro, viendo un documental, asistiendo a talleres increíbles o haciendo viajes espirituales, etc, etc? son miles. ¿Cuantos de ellos le dicen, le piden o le invitan a «hacer» en ellos?
El Zen dice, Zen es hacer. El labrador dice, quieres frutos , trabaja la tierra. El alfarero te dice, quieres cazuelas, trabaja el barro. El pescador te dice, quieres pescado, sal al mar a pescar. El sabio te dice, quieres felicidad…trabájala cada día, siembrala con cada acción, abónala cada día con acciones, cosecha con alegría y acción.
Hacer cada día es la clave, ser cada día una pequeña acción, así se siente el latir, el de tu corazón que siempre está lleno de amor.
©Teo. San José. 2.013.