Buscando un sendero
un camino,
apareció ella.
Vestía de blanco,
vestía de negro.
No hablaba
no reía
no lloraba.
Estaba quieta,
insomne.
Su mirada
perdida…
su semblante
sereno…
Así la encontré
a ella…
La soledad.
©Teo. San José. 2.012