Se ha comprobado una y otra vez a través de muchos expertos, científicos, médicos; que una de las etapas más trascendentes o más importante, para los seres humanos, está en la franja entre los 3 a los 7-8 años. En esta etapa es cuando se forma la base de la personalidad. La que podríamos llamar la raíz principal de ese gran árbol que puede ser una persona.
Comento este ejemplo del árbol, porque hay una gran similitud entre los árboles y las personas. Un árbol en la naturaleza crece de una semilla y desde el primer instante nace de él una raíz que va directamente al centro de la tierra. Crece robusta y en muchos casos durante años es donde va toda la energía y fuerza del árbol, esto hace que cuando soplan fuertes vientos o lluvias, sea muy difícil que este árbol se caiga.
En cambio los árboles que se desarrollan en invernaderos, o bien tienen esta raíz atrofiada y enrollada en torno al recipiente que los contiene o bien se cortada por el trasplante. En ambos casos no se desarrolla, no anclan o fijan al árbol. Estos árboles crecen aparentemente bien, pero cuando la situación se pone dura, bien por fuertes lluvias, bien por fuertes vientos o escasez de agua, se muere o se cae.
Esto mismo sucede con las personas, nuestra raíz principal se crea en estos primeros años 3-7. Si no nos creamos una fuerte confianza en quien somos, “nuestra raíz principal”, cuando surjan los fuertes vientos de la vida, nos tirará y es entonces cuando aparecerán todo tipo de adicciones, depresiones y muchas veces el suicidio, físico o psíquico.
¿Cómo podemos desarrollar, crear esta raíz principal en los niños?
Precisamente para esto se ha desarrollado el proyecto “Semillas de Paz: a través del arte, la inteligencia emocional y la materia”.
Los maestros y profesores tienen que evaluar, dar notas a los alumnos, es decir hacer comparaciones reales entre ellos. Es una de las mejores maneras que todos conocemos para poder valorar los conocimientos de un niño. Ellos están creando el hábito en los niños de acumular información, está bien. Lo que ofrece este proyecto es enriquecer este planteamiento. Alentar también a los niños en lo importante que es su opinión, su creación su versión de los acontecimientos. Aquí el arte puede tener un papel determinante si no se utiliza para comparar, sino para reforzar la confianza del niño en sí mismo, en su capacidad para crear.
Se puede perfectamente alentar y reforzar el trabajo creativo de un niño, aunque técnicamente o en apariencia no sea perfecto. Es brillante sencillamente porque existe. Un artista no tiene que explicar el porqué de su creación, existe por sí misma, porque él ha necesitado crearlo. En los niños es igualmente válido.
Si aplicamos esto a los niños en esta etapa de su vida. El niño aprende a creer en él, independientemente de que sus conocimientos en cualquier rama sean buenos o no, sean importantes o no. Cree en él sencillamente porque, al menos en este proyecto, se le valora como a los demás, ni más, ni menos. No damos notas. Sólo reforzamos, porque seguro que en su dibujo, en su modelado, en su sueño, hay algo que es muy válido, tan bueno como el de sus compañeros.
Esto aplicado una y otra vez hace que el niño vaya poco a poco creyendo en él. No pensará que es incapaz y así, al creer en él, se va aceptando. Se hace más tolerante, más comunicador. Entonces le pueden parecer interesantes otras cosas, otras culturas, otros ritos, otros colores de piel. Ya no reaccionará agresivamente con su entorno, es decir con él mismo. Sabrá que tiene su propio espacio. Se sentirá cómodo y seguro en él. Este niño estará creando dentro de sí un espacio donde sonará la palabra “Paz”, él estará en paz consigo mismo, es decir estará en paz con su entorno, estará creando sin darse cuenta entornos de Paz. Ya no va a reaccionará agresivamente, hasta podrá sonreír en las dificultades.
De esta Paz estamos hablando. Un niño en paz consigo mismo, crea un entorno de paz. Un entorno de paz tras otro nos hace pensar en grupos de personas en paz, tolerantes con lo que es diferente, no agresivos. Esto nos lleva a una sociedad en Paz.
Cuando estos niños lleguen a la secundaria, a la adolescencia, tendrán la capacidad de creer en ellos. Podrán encontrase y no perderse en esos primeros vientos de la vida y no caer en la que, hasta ahora, parece la mejor huida, las drogas, el alcohol, la violencia.
Estamos pues hablando de un proyecto que está pensado para sembrar la paz, en nuestros hijos, en nuestra casa, en nuestro pueblo.
Buscamos crear confianza, una autoestima real y profunda en nuestros hijos.
La autoestima no viene de construir el ego, viene de entrar en contacto con el espíritu, esa parte tan elevada de nosotros mismos, más consciente, mas sabia. Donde anida esa forma de amor llamada Compasión.
La autoestima facilita el PERDÓN, es decir: la ausencia de juicio.
La autoestima nos lleva al éxito, es decir: la habilidad de amar y ser compasivo, de experimentar goce y compartirlo con los demás.
D. Chopra.
Creemos que la comprensión es la llave,
Enseñar a ver, a ser.
Despertar las sensibilidades.
Ayudando al conocimiento.
© Teodoro. San José. 2.011.