Clay Healing Technique

 

¿Qué sucedería si de pronto pudiésemos tocar lo que sentimos? Tocar nuestros dolores o nuestros temores o nuestras insatisfacciones.

Si pudiésemos no sólo tocarlas, sino que además pudiéramos darles una forma. La forma de la sanación, la forma que nos permita identificarnos con ella cada vez que la miremos, que la sintamos con el corazón.

¿Qué sucedería si pudieses construir un lenguaje real con una materia que nos acerque a nuestro propio lenguaje interior?

No estamos hablando de los mil lenguajes que cada terapeuta tiene, sino del lenguaje que articula cada individuo.

¿Se puede conocer ese lenguaje de cada uno? ¿Se puede construir, creer en ese lenguaje?

Todas estas preguntas e ideas son las que intenta resolver esta expresión creativa y terapéutica que se conoce como ©Clay Healing Technique .

Partimos de la base que toda persona, independientemente de su edad, sexo, entorno social o cultural, tiene una innata capacidad para crear. Cada día nos lo demostramos al cocinar, al elegir la ropa que nos ponemos, al elegir que vamos a decir o comer, etc. Pero nadie nos ha dicho que esto sea creatividad. Pensamos, creemos que sólo las personas que tienen un determinado reconocimiento, es decir que alguien ha dicho que son buenos o geniales, admiten están calificación. Cuán lejos de la realidad.

Los muchos años pasados, más de 20, formando a alumnos en mi escuela de escultura me han demostrado una y otra vez la inmensa capacidad para crear que todos tenemos. Para construir nuestras propias obras, nuestro propio lenguaje. Descubrir nuestro propio sentir a través de la creación.

Se puede usar cualquier manifestación creativa, pero en mi caso, la que considero magnífica, delicada, poderosa y sobre todo sorprendente es la que se expresa con la arcilla. El pobre y austero barro, polvo y agua; el más sencillo y humilde de los materiales y el que es capaz, mejor que ninguno, de abrirnos a nuestro propio camino, hacía nosotros mismos.

No necesitamos técnicas ni experiencia; sólo el deseo de ayudarnos sinceramente a nosotros mismos. De ser nuestros propios maestros, de sentirnos y tocar nuestro ser a través de esta sencilla materialización de lo que sentimos.

¿Quién nos conecta? Alguien formado que nos acompañe, que sea nuestro punto de referencia y en ocasiones nuestro comunicador.

Planteamos un camino propio, no el camino de otro que nos lleva de la mano. No hay dependencia, no es una serie de sesiones. Es un inicio y luego somos nosotros quienes vamos a ir una y otra vez al encuentro de nosotros mismos, con el “problema” materializado y por ello visible, resoluble.

Siempre vamos a tener una prueba presente, real, tocable de nuestro trabajo interno.

Hay una anécdota muy bonita y antigua, que refleja muy bien la base de esta técnica. Viene de una de las escuelas más fructíferas y prestigiosas de la antigüedad, la escuela de Pythágoras.

Mandó tallar diferentes esculturas que representasen las cualidades que a él le parecían muy importantes. Pensaba que sólo aquellos que tuviesen una de estas cualidades en su interior podrían reconocerla. Pero sí no estaban en el proceso, no la reconocerían y verían otra cosa, de ahí que según iban evolucionando, podían ver la escultura con menos velos, hasta el momento final donde el maestro ya sentía que habían comprendido y les permitía ver la escultura sin velos, tal cual. Ellos reconocían en la talla la cualidad y sabían además que era real porqué su Maestro, al percibirlo, les había permitido verla.”

En nuestro caso, somos nosotros mismos los que nos ponemos más y más velos, y con ©Clay Healing Technique – Workshop, nos podemos liberar de ellos.

No vamos a buscar nada en nuestro interior. No vamos a escarbar en nuestras aguas claras o pantanosas, no.

Sencillamente vamos a encontrarnos, a comunicarnos con nosotros mismos. Vamos a dejar que nuestra inmensa creatividad se exprese, que se forme con nosotros.

Proponemos:

Enriquecer, conectar, sanar con algo tan sutil como la creación en barro. Tan profundo como la conversación con uno mismo. Tan eficaz que permite encontrar una puerta a esa felicidad llamada paz interior.

Trabajamos el “sentimos, queremos, somos”

Podemos resolver problemas sin sentirlo, sin quererlo, sin ser conscientes de ello. Trabajamos con nuestra parte mas profunda, sensible y consciente.

Planteamos el encuentro con un nuevo punto de referencia, quien nos va a permitir acceder a una profunda conexión con otras percepciones, sensaciones, sentimientos y emociones.

Se trabaja con la inocencia del niño/a que no busca, sólo encuentra; especialmente dentro del más profundo, autentico y mágico mundo del interior de nuestro ser.

Todos tenemos algo que resolver, conocer o encontrar, aún quienes tienen su vida aparentemente en armonía y sin conflictos, siempre hay algo que yace en el fondo, tan profundo que ni siquiera nos percatamos de ello.

El taller plantea la posibilidad de ayudar a quienes quieran sentirse mejor, tanto si son conscientes de la existencia de un problema concreto, como si no lo son.

Ayuda a tomar consciencia del ser, de lo maravilloso e importante que eres para ti mismo y para el mundo que tú creas y te rodea.

El taller permite conocer una forma de comunicación desconocida, profunda, directa, sencilla y sobre todo permanente en el tiempo.

¡Creo que todos merecemos hacernos este regalo!

                                                                                                                                                               © Teodoro. San José. 2012

 

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